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Foto del escritorRafa Miranda

Escribir: Mi refugio, mi voz, mi pasión



El acto de escribir
Escribir: Mi refugio, mi voz, mi pasión

Terminar mi primera novela fue como llegar al final de un largo viaje. Fue un descanso inmenso, pero también un momento difícil. ¿Te ha pasado alguna vez eso de despedirte de algo que amas? Así me sentí al dejar atrás a los personajes que habían sido parte de mi vida durante tanto tiempo. Habían crecido conmigo, sorprendiéndome en cada párrafo, volviéndose cada vez más reales. Fue extraño y un poco doloroso dejarlos ir, pero también me recordó algo importante: escribir no es solo crear historias, es vivirlas intensamente.

Cuando escribo, siempre empieza igual: un deseo. De repente, hay una historia en mi mente que necesito contar. Es como una chispa que no me deja en paz. ¿Te ha pasado esa sensación de que algo dentro de ti necesita salir? Entonces me siento a escribir, no porque ya tenga todas las respuestas, sino porque quiero descubrir a dónde me llevará la historia.

Escribir, para mí, es mucho más que juntar palabras. Es una especie de terapia. Cada vez que pongo algo en el papel, estoy sacando lo que llevo dentro, viendo mis emociones, mis pensamientos, mis conflictos desde fuera. Es como desnudarme frente a un espejo, pero sin miedo. A veces es doloroso, pero siempre es necesario.

Cómo nace una historia

Te confieso algo: cuando una idea se instala en mi mente, no la dejo ir fácilmente. Empiezo a darle vueltas, imaginando a dónde puede llegar. Si siento que tiene potencial, hago un mapa general de los eventos. Pero aquí viene lo interesante: nunca sigo esos mapas al pie de la letra. Es como planear un viaje y, de repente, tomar un desvío porque el paisaje que aparece es demasiado bonito como para ignorarlo.

Lo que más disfruto es cuando una escena me sacude emocionalmente. Recuerdo, por ejemplo, escribir sobre el romance de Gabriel y Ariadna en La semilla de la locura. Mientras caminaban juntos por la universidad, sentí esas mariposas en el estómago, como si fueran reales. Y cuando Penélope trataba de encontrar las palabras adecuadas para no alejar a su hija, lloré con ella. Escribir me permite vivir muchas vidas.

¿Y el bloqueo? Claro que lo he tenido. Pero he aprendido a enfrentarlo con paciencia. A veces, simplemente releo lo que ya tengo y noto que el problema está en lo que escribí antes. No me da miedo borrar y reescribir. De hecho, el capítulo final de La semilla de la locura lo escribí dos veces hasta que sentí que era el correcto.

Ah, y hay algo que nunca puede faltar mientras escribo: música. Necesito melodías instrumentales que acompañen el momento. La música es como una brújula emocional que me ayuda a encontrar el tono exacto de cada escena.

Escribir para que me leas

Si estás leyendo esto, quiero que sepas algo: tú completas el ciclo. Escribir es solo la mitad del viaje; la otra mitad ocurre cuando alguien como tú lee mis palabras y conecta con ellas.

Hace poco, una lectora me envió una foto de un diagrama que había hecho para entender mejor el árbol genealógico de los personajes de La semilla de la locura. ¿Puedes imaginar lo que sentí? Ver cómo alguien se adentra tanto en tu historia es increíble.

Otros lectores me han dicho cosas que nunca olvidaré. Uno me contó que mi novela lo hizo reflexionar sobre la relación de sus padres.

Escribir: Mi refugio, mi voz, mi pasión

No puedo separar mi vida de lo que escribo. ¿Cómo podría? Cada palabra lleva algo de mí, aunque sea de manera sutil. Mis emociones, mis vivencias, mis reflexiones están ahí, en los personajes, en las tramas, incluso en los silencios.

Y al final, eso es lo que intento transmitir: lo verdaderamente humano. Las emociones son las que nos conectan. El miedo, la esperanza, la tristeza, el amor… todo eso es lo que busco explorar en mis historias.

¿Por qué escribo?

Te lo digo con toda honestidad: escribo porque no puedo no hacerlo. Es como una necesidad vital. Y publico porque quiero compartir estas historias contigo. Cuando alguien me dice que mis palabras les tocaron el corazón o les hicieron pensar en algo nuevo, siento que todo vale la pena. Escribir es mi refugio, mi voz, mi pasión.

Escribir me ha permitido encontrar mi voz. Publicar me ha permitido compartirla. Y tú, al leer esto, formas parte de ese ciclo. Así que gracias, de verdad. Espero que nuestras historias sigan encontrándose, porque aún tengo mucho por contar.

Cuéntame tu opinión. Me encantaría saber lo que tienes para decir en los comentarios.

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4 opmerkingen


Cuesta Roca
16 dec

Yo escribo porque necesito siempre mirar al futuro. Lo he hecho siempre y lo seguiré haciendo hasta el final. Mis escritos salen solos, mis personajes deciden lo que quieren contar y lo hacen. Nunca se como va a terminar mi novela. Parto de una idea básica y esta se va desarrollando a medida que escribo. Claro que parte de mi se incorpora en mis novelas, creo que eso nos pasa a todos los escritores. Y cuanto más has vivido, más de tus vivencias se reflejan en tus escritos. No tengo necesidad de escribir, pero elijo hacerlo porque me encanta

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¡Qué hermosa aproximación! "Necesito siempre mirar al futuro". Escribir es confiar que la historia encontrará su final, de manera que haces un salto de fe al intentar escribirla. Me encanta. 😍

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AnaMaRotundo
16 dec

Nos preguntabas qué significaba para nosotros escribir. Te diría que antes de escribir, escribo en mis pensamientos. Cada cosa curiosa que pasa a mi alrededor, cada comentario, detalle o descubrimiento, por pequeño que sea, se transforma en una historia que toma vida en mi mente. Un día entonces, me siento y empiezo a escribir. Puede que ninguna de las historias que tenía en mente afloren, pero surgirá una nueva. Qué puedo decirte? Escribir es delicioso.

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Lo es. Tengo un proceso muy parecido. Cada detalle que ocurre alrededor puede ser combustible para una historia que empieza a tomar forma en la mente primero. El acto de escribir es para mí como el acto de descubrir. Yo creo que le damos sencillamente tinta a una historia que ya existe en nuestra imaginación. Yo de alguna manera me veo como alguien que la está reportando para que otros también la conozcan.


La novela tiene una lógica parecida, pero se va develando lentamente y por escenas. Es muy gracioso porque con mi novela yo tenía muy claro el final, pero tuve que escribirla para saber cómo llegarían allá los personajes.

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